Nada más poner el pie en Tanger supe que Marruecos me iba a enamorar. Tras una semana de olores, colores, calles laberínticas, sonrisas, paisajes espectaculares y muchos, muchos piropos que le suben el ego a cualquiera (o acaban con tu paciencia), era un hecho: volveré. Lugareño en Chefchaoun
1 comentario:
eli
dijo...
cierto, es un pais para disfrutar con todos los sentidos, cumpliendo a rajatabla lo que todos sus habitantes dicen: "prisa mata"
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cierto, es un pais para disfrutar con todos los sentidos, cumpliendo a rajatabla lo que todos sus habitantes dicen: "prisa mata"
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